Hoy en día sigue sin conocerse
una cura para la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Tampoco hay un
tratamiento curativo, pero sí que tiene un tratamiento paliativo y sintomático.
Cada afectado es único y las mismas lesiones se desarrollan distintamente de una persona a otra, por lo que se precisa de un tratamiento individualizado, revisado y adaptado periódicamente.
Cada afectado es único y las mismas lesiones se desarrollan distintamente de una persona a otra, por lo que se precisa de un tratamiento individualizado, revisado y adaptado periódicamente.
Los objetivos generales a los que está dirigido en el tratamiento son los siguientes:
- Educación sanitaria.
- Normalización del tono muscular.
- Ergonomía postural en cada fase de la enfermedad.
- Prevención de deformidades.
- Mantenimiento de la amplitud articular.
- Mejora de la coordinación, equilibrio y estimular la marcha.
En relación a los medicamentos
para el tratamiento paliativo: el fármaco llamado riluzol es el único aceptado
como tratamiento específico para la ELA ya que ayuda a retrasar los síntomas, y
por tanto el avance de la enfermedad, y permite alargar la esperanza de vida a
los afectados por esta enfermedad.
Otros medicamentos utilizados para disminuir las molestias propias de la
ELA (calambres, espasmos musculares, trastornos del sueño) son:
- El baclofeno o el diazepam para controlar
la espasticidad que interfiere con las actividades cotidianas.
- El trihexifenidilo o la amitriptilina para
personas que presenten problemas para deglutir su propia saliva.
Algunos tratamientos para controlar síntomas abarcan la terapia ocupacional y la rehabilitación. Estos se realizan a través del ejercicio y el uso de instrumentos
ortopédicos (como silla de ruedas) y equipos técnicos que sirven para mejorar la función
muscular, la movilidad y la salud en general.
Inicialmente, los músculos que normalmente se ven afectados son los encargados de la deglución y la respiración. En algunos casos, para evitar la asfixia, es necesario colocar una sonda en el estómago del paciente (gastrostomía) para que pueda alimentarse de acuerdo a sus necesidades sin tener que tragar los alimentos. También es importante educar a los familiares del paciente sobre la enfermedad, por lo que es recomendable que aprendan a realizar la maniobra de Heimlich para evitar posibles atragantamientos.
La musculatura respiratoria afectada puede causar dificultad y parada respiratoria. Para controlarlo, el paciente deberá realizarse una prueba de espirometría cada cierto tiempo. En ocasiones se necesitan dispositivos para la respiración (artificial) que incluyen máquinas: de ventilación mecánica constante o que se utilizan solamente por la noche, permitiendo conservar las vías respiratorias intactas, disminuyendo riesgos como la neumonía. A veces, si la función respiratoria está muy dañada, en lugar de ventilación no invasiva se requiere realizar una traqueotomía.

Para más información consultar en los siguientes enlaces: Tratamiento de la ELA, MedlinePlus
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