Los primeros síntomas de esta enfermedad incluyen:
- Contracciones
- Calambres
- Rigidez y debilidad muscular en brazos o piernas
- Habla nasal
- Torpeza para masticar o tragar.
En sus inicios, los síntomas varían de una persona a otra: pueden afectar primero a los miembros inferiores dificultando la marcha, aunque también pueden ejercer sobre las extremidades superiores afectando la motilidad fina o entorpeciendo la función del habla.
No obstante, a medida que la enfermedad avanza, la atrofia se extiende a las demás partes del cuerpo indiscriminadamente generando cada vez más obstáculos y una sintomatología más clara:
- Disfagia: problemas para tragar el alimento
- Disartria: dificultad a la hora de formar palabras en la comunicación
- Espasticidad: trastorno motor que se caracteriza por la rigidez muscular
- Hiperreflexia: alteración exagerada de los reflejos
- Fasciculación: pequeñas e involuntarias contracciones musculares.
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